Olores de libros que leí
Olor a pizza caliente del odeón
Transeúntes que juegan a ignorarme
Mi sonrisa jugando a ser cómplice
Edificios fileteados por el tiempo y la experiencia
De nada sirve sentarse cuando los pies siguen andando
Perro expectantes de alguna mano generosa de comida o cariño
Voces que simulan ruidos de platos. Tenedores que conversan a través de chillidos y roces arrojados con desgano por algún mozo cansado
Ella mira por la ventana como a través de un cuadro en un museo, el marco enmarca a la gente y los peatones al pasar. Se mueven, caminan, los personajes del cuadro la ven a su vez a ella, apoyada sobre su mano izquierda. Pensativa, distante, taciturna.
Hermoso cuadro situado en la esquina de Pedernera y Rivadavia, frente a la plaza Flores.
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